El pasado domingo 24 de septiembre, las calles de Petorca se vistieron de festividad y devoción. Las arterias lucieron guirnaldas brillantes y una extensa alfombra de flores y altares, que se extendió por más de 8 kilómetros, esperando el paso reverente de Nuestra Señora de La Merced.

La fiesta de Nuestra Señora de La Merced no es solo una celebración religiosa; es parte integral del patrimonio cultural chileno. Con más de dos siglos de historia, se conmemora el último domingo de septiembre, siendo esta una de las festividades religiosas más antiguas de la región.

Año tras año, miles de feligreses, provenientes de diversos puntos de la región, se dan cita en Petorca. El propósito es claro: agradecer por las bendiciones recibidas, en especial, las lluvias y las abundantes cosechas.

Uno de los distintivos más notables de esta fiesta son los bailes religiosos. Estos acompañan a la Virgen en su recorrido, brindando un espectáculo de fe y tradición que se entrelaza con la cultura local.

La devoción y el fervor son palpables en cada rincón. La fiesta de Nuestra Señora de La Merced no solo celebra la fe, sino también la cultura y la unión de la comunidad de Petorca.